¿Trabajadores 3.0 o Compradores 3.0 ?

En estas dos últimas semanas he leído las palabras Redes Sociales más que en el resto de mi vida.
Pareciera que nos hallásemos ante la quintaesencia de lo nuevo, un gran descubrimiento que cambiará el mundo.
Llego a temer que antes de la WEB 2.0 vivía en la Prehistoria así que echo la vista atrás y compruebo que abrí mi primera cuenta de e-mail en 1997 y ese mismo año comencé a participar en redes sociales por Internet, claro que entonces no se llamaban así, nadie las patrocinaba. Se llamaban , por ejemplo, Canales de IRC y gracias a ellos podías crear tu propio espacio para relacionarte con personas de todo el mundo en torno a un tema de interés. Llegó a haber miles de canales y lo mejor de ellos era que los propios usuarios eran los "operadores" del canal, establecían las reglas y gestionaban su uso, no tenían publicidad y ninguna empresa estaba detrás.

Desde entonces y hasta hoy también he participado en varios foros de debate, que , ya con formato web, también son redes sociales sobre temas específicos, pero también gestionadas por los usuarios y no por una gran empresa y, en los mejores casos, también sin publicidad.

Si ya existía todo esto, ¿Por qué ahora esa fiebre por la redes sociales? ¿ Por qué se habla de nuevas e infinitas posibilidades cuando todo eso ya estaba aquí hace años?

La gran diferencia es que por fin lo han conseguido, han acabado con el espíritu de los primeros años de Internet en los que el DIY, la solidaridad, el intercambio desinteresado y la libertad eran lo más importante. Todo eso se ha convertido en negocio, quizá con la excepción de Wikipedia.

El pasado 7 de marzo Victor Puig nos dio una charla muy interesante, pero al final de su exposición vi una patita peluda por debajo de la puerta. El último punto eran consejos para resaltar en la WEB 2.0, pero no consejos para trabajadores sino para empresas, cómo hacer que nuestra empresa venda más. Yo, que soy un asalariado y nunca he vendido nada en mi vida empecé a pensar que tal vez en lugar de Redes Sociales estaban hablando de Redes Comerciales y esa difusa sensación fue creciendo durante estas dos semanas y llegó a convertirse en desasosiego cuando leía los comentarios apasionados de los compañeros que nos twiteaban la Omexpo y nos hablaban una y otraz vez de vender, vender y vender.
Incluso una compañera nos habló de una conferencia sobre Neuromarketing, comentando que no sabía si era bueno o malo. Como su nombre anuncia el Neuromarketing consiste en aplicar las Neurociencias al Marketing, es decir unos señores muy majetes nos miden la actividad eléctrica del cerebro o las variaciones de temperatura del mismo para descubrir que estímulos nos hacen comprar más y luego bombardearnos con esos estímulos.Si esto no es "1984", se le asemeja mucho, claro que aquí no nos lavan el cerebro con ideología, sólo con productos.

El problema ,es que yo, que hasta hace dos meses no participaba en la WEB 2.0, tengo: dos ordenadores de sobremesa, un netbook, un smartphone, un ipod, dos televisores, un reproductor de dvd, un disco duro externo, cámara de fotos digital, cámara de vídeo, equipo de música, tv por cable con decodificador, consola de videojuegos ¿qué más quieren que compre?


Esta fiebre de consumo tecnológico nos produce la ilusión de que nuevos y maravillosos artilugios nacen cada día y sustituyen sin problemas a nuestros anticuados cacharros. Por desgracia eso trae muchas consecuencias que no son precisamente virtuales. Mis antepasados están enterrados en una tumba en una pequeña aldea asturiana, hace unos meses robaron las barras que rodeaban la tumba porque eran de cobre y ahora se pagan a muy buen precio porque las necesitan para construir la próxima maquinita que nos hará felices.  Bueno, felices no porque como dijo un famoso publicista en los 90: "Nos interesan seres humanos infelices, La gente feliz no consume".