domingo, 23 de febrero de 2014

Democracia Vs. Internet

Quienes estamos ya nadando el largo de vuelta, en estas fechas solemos recordar qué estábamos haciendo tal día como hoy del año 1 antes de Naranjito.
Como niño de aldea con padres "apolíticos" mis recuerdos sólo pueden ser felices. Nos devuelven de la escuela con la incierta promesa de que mañana no habrá clase y al llegar a casa, dibujos animados fuera de hora. Tan bien me lo pasé ese día que quizá, agradecido, debería seguir el ejemplo de esa famosa confitería oventense y enviarle una bandeja de pasteles cada año a Tejero a la cárcel para conmemorar tan señalada fecha.
Años después, gentes de mi edad me contaron como sus recuerdos no se parecían mucho a los míos. Uno estuvo con su padre quemando carnets en la sede del Partido Comunista para que nadie pudiese ser identificado, otra despidió llorando al suyo que corría al puerto de Gijón a ver si algún barco salía hacia Francia...
Ahora vemos muy lejos esos tiempos y creemos a salvo nuestras ideas y actos protegidos como estamos por un estado de derecho que se jacta de garantizar nuestra libertad de palabra,obra y omisión (si sólo practicamos esta última,mejor).
Creemos en una democracia eterna de la que seguirán disfrutando los nietos de nuestros nietos, pero ¿Qué pasaría si el Golpe de Estado fuese hoy?¿Cómo quemaríamos ese carnet con el que, orgullosamente, nos hemos fotografiado en Facebook?¿Cómo subiríamos a un barco que sólo da billetes por Internet, previa introducción de tu DNI?.
Dado que nuestra huella digital puede ser virtualmente eterna más nos vale luchar por no perder nunca nuestras libertades porque los golpistas del futuro lo tendrán mucho más fácil que sus predecesores.
Alguién podrá pensar: "eso a mí no me afecta, yo soy apolítico como tus padres y no me pasaría nada" hasta que , en el año 2028, se instaure el Veganismo Retroactivo y te pillen con las fotos de ese cachopo que se salía por los extremos del plato el día de tu cumpleaños o, tal vez, en el 2032 la instauración de la República AsturSportinguista  te condene a muerte por haber renovado tu carnet de socio del Oviedo en 2015.

Tras la cesión de nuestra vida a las Redes Sociales ya no tenemos donde huir, ya no podemos escondernos. Solo nos queda preparar la Defensa.