sábado, 30 de abril de 2011

Folgando

Folgar es estar ocioso, no trabajar. Es un término positivo cuando somos protagonistas " hoy voy a folgar todo el día" y muy negativo cuando lo hacen los demás, " Ese babayu ta tol día folgando".
En el ejercicio de la folganza y su percepción social podríamos distinguir tres casos.
-Aquellas personas que sólo lo ejercitan ocasionalmente y siempre después de un duro trabajo. Están muy bien vistos socialmente pues se convierten en acreedores del merecido descanso.
- Quienes, teniendo una condición socio-ecónomica no muy bollante se dedican a folgar siempre y tanto como pueden. Son odiados por el común de los mortales que no entienden como alguien "tan pringao como yo" puede vivir sin dar palo al agua.
- Por último, están los profesionales del folgar. Personajes conocidos por pasarse la vida mano sobre mano, corriendo de acto oficial a programa de Tv. Éstos, merecedores de toda repulsa, son, en cambio, idolatrados por la plebe, cual guerreros de antaño.

Ayer mismo hemos tenido un ejemplo más del folgar triunfante. Un millón de personas se reunieron en Londres para asistir a la boda de un joven cuyo único mérito es ser hijo de su padre. Vestido como un soldadito de plomo y con un lujo entre hortera y decadente, el futuro rey de los ingleses no sólo celebró una fiesta sino que , además, convirtió ese día en festivo para todos sus súbditos para que, por un día, todos se sintiesen como reyes y pudiesen folgar a gusto.

Ahora bien, este fenómeno no afecta en exclusiva a miembros de la realeza y clases dominantes. Diariamente asistimos al encumbramiento de nuevos ídolos cuya única valía consiste en haber yacido con un torero o en adivinar el futuro en el cogollo de una lechuga. Uno se imagina a un sociólogo extraterrestre de visita en la Tierra intentando entender la causa de la profunda admiración que despiertan estos subproductos, preguntando si son líderes guerreros o eminentes sabios y hallando como respuesta que son adorados por ser campeones mundiales del parasitismo. Parecería lógico que se reuniesen un millón de personas para escuchar a Patarroyo hablar sobre la vacuna que podrá acabar con todos los virus, pero no, preferimos ver a ricos zánganos en carrozas de oro.

Imposible no recordar aquel chiste de Faemino y Cansado : - Oye, ha muerto el Fary. - ¿Quién el famoso cantante de tonadillas populares?- No, el científico- Bah, pues que se joda.
Y es que aunque se hable del trabajo bien hecho, de la cultura del esfuerzo y de la ayuda a los demás, en nuestro fuero interno queremos ser ricos y folgar el resto de nuestra vida y si bien no podemos llevar a cabo nuestro sueño al menos disfrutamos viendo que hay algunos afortunados que llegan a conseguir nuestro íntimo anhelo de triunfar sin hincarla. Por eso triunfan los Reality Show. Por eso las masas gritan !Viva el Rey!

jueves, 28 de abril de 2011

Hijos de una TV menor

Quienes fuimos niños a principios de los 80 conformamos la primera generación de españoles criados con  y ,a veces por, la televisión. Por fortuna aquella no se parecía en nada a la de hoy día. Recién llegado al poder, el PSOE tenía batallas más importantes que librar y dejó que sus huestes más díscolas se colasen en ese territorio virgen que era Televisión Española. Aprovechando esa libertad sin control nacieron programas maravillosos como "La Bola de Cristal", "El Planeta Imaginario" o "La Edad de Oro" , ninguno de los cuales tendría cabida hoy en día ni en el más pequeño canal temático.
Así que fuimos creciendo entre músicas extrañas, electroduendes y mensajes anunciando que , aunque solos no podíamos, con amigos sí.

Nosotros éramos niños y la TV también, pero todos fuimos creciendo. Nosotros aún guardamos el recuerdo de aquellas enseñanzas, pero la televisión se olvidó completamente de su loca juventud y hoy es una caja de hierro que ofrece sus contenidos medidos, pesados y enlatados. Si Pippi Calzaslargas creó hippies y la Bruja Avería seres con espíritu crítico, ¿Qué va a crear Bob Esponja?

Este repulsivo personaje que atrae a los más pequeños a base de colores chillones y movimientos trepidantes deja un poso ,cuando menos, inquietante. Trabaja en una hamburguesería , pero tras la evidente promoción de la comida basura se esconde un mensaje mucho más preocupante. En un capítulo, el dueño del negocio le concede vacaciones. Lejos de ir a disfrutarlas a la Fosa de las Marianas, nuestro amigo se desespera, no sabe qué hacer con su vida y vuelve suplicando a su jefe que le deje trabajar. Éste le dice que si por él fuese no descansaría hasta el día de San Matarile, pero que unos inspectores muy malos le obligan a dar vacaciones, muy a su pesar. El abnegado Bob inventa una y mil tretas para colarse en la hamburguesería y disfrutar de su alienante trabajo en período vacacional pues es lo único que le hace feliz en su húmeda vida. Al final lo consigue.

Podríamos argumentar que roza la paranoia pensar en malvadas mentes atareadas en lanzar mensajes desmovilizadores para alentar el conformismo juvenil , pero los ejemplos abundan tanto en la tv , como en el cine o los videojuegos . Hace pocos años tuvo gran éxito uno llamado "Los Sims" en cuya primera versión tu objetivo era simular la vida de un adulto aspirante al éxito. Pues bien, en esa vida "ideal" trabajabas los siete días de la semana, sin festivos ni vacaciones y tu única diversión era trabajar muchas horas para poder comprar objetos más caros, un sofá mayor, un coche más moderno, una tv....

Así que si un día usted no logra comprender porqué su hijo se pasa el día en el sofá, todo le parece bien y no se preocupa por nada, quizá debería entrar en su habitación, coger sus dvd´s de Bob Esponja y entregarlos al fuego purificador. Nuestro futuro depende de ello. O protegemos a los infantes de la programación infantil o nuestros hijos se convertirán en zombies laborales y con camisetas en las que se lea :
¡EL PENSAR SE VA A ACABAR!

jueves, 14 de abril de 2011

Utopía

Por desgracia, nunca faltan candidatos a una machuquina. Aunque menos frecuentes, también existen personas que, en lugar de palos, se merecen aplausos.
El pasado miércoles, seis de marzo, tuve la suerte de asistir en el Teatro Filarmónica de Oviedo a la actuación de Leo Bassi presentando su espectáculo "Utopía", por el módico precio de cinco euros.
Para muchos de nosotros el señor Bassi era conocido pos sus actuaciones televisivas llenas de provocación y escatología que podían resultar más o menos simpáticas, pero casi siempre parecían quedar en la epidermis.
Asistir a "Utopía" hace saltar esa imagen en mil pedazos. Durante dos horas y media Leo Bassi se lanza a un monólogo apasionante en el que mezcla el análisis social y político de la España actual con la emocionante historia de su abuelo, un artista de circo anti clerical que luchó con el ejército francés en la batalla de Verdún, la más sangrienta de la Primera Guerra Mundial. Todo lo hace con un hilarante sentido del humor que no consigue evitar que a uno se le encoja el corazón cuando nos cuenta el horror de la Gran Guerra.
De todas maneras, uno sale del teatro con una enorme sonrisa y con la sensación de haber asistido a un espectáculo excepcional.
Excepcional por su calidad y excepcional por lo infrecuente. No abundan personajes como Bassi, capaz de lanzar mensajes controvertidos y provocadores sin perder el sentido del humor y manteniendo su coherencia.

Por desgracia estas virtudes no gustan nada a ciertos sectores de nuestra sociedad y Leo Bassi ha sido perseguido en varias ocasiones por su laicismo militante. El mes pasado, el juzgado de instrucción nº 6 de Valladolid ha admitido a trámite una denuncia de una plataforma de ultraderecha por "delitos contra los sentimientos religiosos". En pleno silgo XXI un cómico no puede mofarse de la Iglesia Católica sin ser acusado de blasfemia, Spain is Different.
Pero los ultras no se sirven sólo de los tribunales y en el año 2006 el bufón italiano fue víctima de un atentado terrorista (éste no ha sido denunciado por la AVT) en el Teatro Alfil de Madrid, cuando pusieron una bomba cerca de su camerino que se consiguió desactivar antes de que estallase, e intentaron quemar la taquilla del teatro con gasolina.
A pesar de todo esto y de no ser precisamente un jovenzuelo, Leo Bassi sigue recorriendo España defendiendo sus ideas, despertando las iras de los poderosos y la admiración de miles de personas cansadas de oir siempre los mismos mensajes.

Por ello hoy, Día de la República, es una ocasión inmejorable para recomendar que, si tienen ocasión, vayan a ver "Utopía". No se arrepentirán.

miércoles, 13 de abril de 2011

Apanoyaos

Una panoya es una mazorca de maíz. Estar apanoyao es padecer una cierta lentitud de reflejos y una cierta indolencia ante los sucesos mundanos. Equivale a los términos castellanos "apollardao", ya en desuso, y "apijotao", aún con bastante vigor. Nótese que los tres presentan pérdida de la "d" intervocálica y están referidos más o menos directamente al pene, tal vez en la asunción común de que los hombres lo utilizamos habitulamente para pensar y así estamos, apanoyaos.

Nos encontramos ya en plena campaña electoral y todas las encuenstas anuncian una aplastante victoria del Partido Popular. Uno no sabe si acharcarlo a una preocupante fragilidad de memoria o a que defintivamente, estamos completamente apanoyaos.
Sea como sea,  votar al PP en la esperanza de que corrija los errores cometidos por el PSOE es como pretender que se nos pase una borrachera de vino bebiendo whisky.

Invariablemente se repite el ciclo y cuando nos falla el botón A, sólo sabemos pulsar el B. A los ocho años ya estamos hartos del botón B, pero nuestra frágil memoria nos impide recordar que el botón A funcionaba aún peor y volvemos a tropezar en la misma piedra una y otra vez.

Hace unas horas, en el programa "La noche en 24 horas" de TVE, Vicente Vallés preguntaba a Julio Gutierrez, catedrático de física atómica y la única voz sensata que he podido escuchar en la tv sobre el desastre nuclear de Japón, si este suceso serviría para que se renunciase a la energía nuclear y él contestó, precisamente, que no tenía mucha esperanza pues el ser humano se olvida muy pronto de todo y en pocos años nadie se acordaría de Fukushima y volveríamos a cometer los mismos errores.

Nadie se acordaba ya de Chernóbil, igual que nadie se acuerda del Aznarato. El problema viene cuando recurrimos nuevamente a soluciones erróneas en la ilusión de que esta vez, por arte de magia y obra de amnesia sí van a funcionar.
¿Estaremos tan apanoyaos como para volver a dar nuestra confianza a quienes merecen nuestro desprecio?

domingo, 10 de abril de 2011

Tecnopobres

Tradicionalmente, pobres eran aquellas personas que, por diversas circunstancias, no habían accedido a educación o un trabajo. Sin embargo en los últimos años estamos asistiendo a un profundo cambio en el perfil de los pobres en España. Según la Unión Europea el umbral de pobreza relativa se sitúa en el 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo, algo más de 14.000 euros anuales en el caso de nuestro país. El salario mínimo en España es de 641 euros y el 50% de los trabajadores es mileurista. El 20,5 % de la población española está por debajo de dicho umbral y el 30.4% de los hogares españoles tiene dificultades para llegar a fin de mes.

La pobreza del 2011 ya no lleva la cara de Carpanta, ahora llama a la puerta de jóvenes con educación superior y empleo inferior que creyeron en el sueño americano y se conforman con las migajas de la Sociedad de Consumo. La vivienda se come la mitad de sus ingresos y las marcas blancas monopolizan su nevera pero casi todos tienen un móvil de última generación, conexión a Internet y ropa de marca comprada en algún outlet on-line.

Lo más curioso de este fenómeno es que casi ninguno se etiquetaría a si mismo como pobre. Todos creen seguir perteneciendo a esa menguante clase media que en pocos años formará parte de las "batallitas" que los abuelos contarán a sus nietos.

Aunque en 2010 un 40% de las familias españolas no haya podido salir de su casa en vacaciones ni siquiera una semana, estos jóvenes tecnopobres siguen contentos por creerse partícipes de la vanguradia tecnológica y esperan un futuro 3.0 que nunca va a llegar. Al contrario, aquel ofensivo "pobres pero honrados" vuelve a cobrar vigencia para describir a una generación que cada vez tendrá más dificil el acceso a los bienes de consumo que ahora constituyen su máxima felicidad.

martes, 5 de abril de 2011

GRAN CERDO

Desde luego no está entre los objetivos de este blog hacer publicidad de ningún producto ni servicio, pero como toda norma tiene sus excepciones hoy voy a recomendar un vino.
La recomendación no se basa en criterios enológicos, yo apenas distingo un reserva de un vino en tetra brik, sino en la historia de este vino.
Gonzalo Gonzalo es un enólogo riojano ( aunque por su aspecto diríamos que se trata de un joven diseñador gráfico "indie") que un buen día decidió acercarse a una sucursal bancaria a pedir un pequeño crédito de seis mil euros para lanzar un nuevo vino al mercado. Los simpáticos señores del banco le dijeron que lo de los jóvenes emprendedores era un cuento muy bonito pero no le soltaron ni un euro alegando que el vino no es un bien embargable ( a lo mejor prefieren otras sustancias) .
Ni corto, ni perezoso el Señor Gonzalo o Don Gonzalo que , en este caso, viene a ser el mismo procedió  a la estrategia más común cuando uno necesita dinero. Sableó a sus amigos.
Con las rentas del saqueo pudo embotellar su vino y de paso, servir su venganza , no en plato frío sino en botella de diseño. Llamó al vino GRAN CERDO y en la etiqueta puso: " Gran Cerdo es un vino dedicado a los directores de bancos que nos negaron préstamos... ... Corpulentos, sudorosos y entrajetados personajes, algún día descubriréis que  las cosas más importantes de la vida no se pueden embargar... "
Remató la jugada con un dibujo de un cerdo alado en el que se lee la palabra Bank.
Cómo no podía ser de otra manera Gonzalo nos dice que éste es su vino más ácido y nos recomienda tomarlo con jamón, de cerdo.
Gran Cerdo no pasará a la historia como un gran vino, pero por menos de cinco euros podemos disfrutar del relax que produce llamar a las cosas por su nombre.
Yo estoy tomándome un vasín mientras escribo esto.
!SALUD!

domingo, 3 de abril de 2011

ASTURIAS 3.0 (Un aldeano habla de economía)

En el chigre de mi pueblo las cosas han cambiado mucho en los últimos 30 años.

Hace treinta años:
-¿Viste el Barreiros que compró Pachón ? En la caja lleva rollas de ocalito más grandes que tu cabeza.
- Anda no exageres, pon otro chato y pásame el chisquero que voy a liar un "ideales".

Hace tres días:
- ¿Viste que le quitaron la casa a Pachín? al parecer sacó la hipoteca en yenes y con lo de Fukushima subió tanto el yen que ahora no la puede pagar.
- Qué cosas , ponme un multimegafruitisotonic y déjame el ambientador que algún criminal fumó en el baño.

Ahora parece que todos llevemos un MBA bajo el brazo. En la carnicería te hablan del diferencial del bono alemán con respecto al español y tu vecino dice que la ultraactividad de los convenios colectivos está lastrando la competitividad de nuestra economía. La cabruñadora mediática trabaja sin descanso y baña con tecnicismos economicistas su mensaje desmovilizador.

Pero yo , que sigo siendo un aldeano, me olvido por un momento de su cháchara e intento pensar como si estuviese, hace treinta años, en el chigre del pueblín. Hace unos días supimos que en Asturias hay 88.072 parados. Sesudos estudios modernos buscan, analizan y concluyen las más complejas y peregrinas causas y consecuencias. Yo con mis "cuatro reglas" sumo y veo que, si Arcelor Mittal es la mayor empresa de Asturias y tiene unos ocho mil trabajadores tendrían que crear diez nuevas empresas de ese tamaño para acabar con el paro. Mmmm, creo que no va a pasar. Sigo sumando y veo que la empresa promedio en Asturias tiene diez o menos trabajadores. En este caso tendrían que crearse ocho mil nuevas empresas para acabar con el paro. Huy, tampoco va a pasar.

Los empresarios dicen que hay que ser más competitivos. Yo que soy un paleto pienso: si somos más competitivos produciremos más con menos, más gente al paro.
Los políticos prometen soluciones, pero yo, que soy un paleto, creo que el paro en Asturias tiene muy difícil solución.
Tal vez vengan el señor Cascos o la señora Espinosa y nos traigan el maná en forma de trabajo para todos. Por si acaso, este aldeano les recomienda que enseñen idiomas a sus hijos.