viernes, 17 de febrero de 2012

UNDERDOGS

Tanto en Deporte como en Política suele llamarse  "underdog" o "tapado" a aquel participante con pocas posibilidades pero que acaba teniendo resultados superiores a sus expectativas.

La reforma laboral aprobada la pasada semana tiene como triunfadores conocidos a los empresarios, que podrán disponer libremente de las vidas (laborales) de sus trabajadores.
Pero, además, esta reforma servirá para encumbrar a una figura ya endémica en el mercado laboral español y que ahora florecerá en todo su esplendor : el lameculos. El lameculos es el verdadero tapado de esta reforma laboral. Ya no tendrá que soportar las burlas de sus compañeros, hasta ahora protegidos por sus derechos laborales. El miedo hará que nadie se atreva a censurar una conducta llamada a convertirse en la única protección contra el despido.
En países más civilizados cuando un empresario tiene que prescindir de un trabajador lo suele hacer en base a razones de eficiencia o económicas. En España, la difusa línea entre las relaciones personales y laborales y la escasez de verdaderos profesionales al frente de las empresas hace que besar las botas del patrón sea la mejor manera de conservar tu puesto de trabajo.
Los empresarios no sólo van a ganar más dinero a costa de sus curritos, también disfrutarán del miedo causado por su sola presencia y se relamerán de gusto cuando filas de tiralevitas se disputen el honor de ser quienes usen su lengua para dar brillo a sus botines.
Ahora que cualquiera va a poder quedarse con el dinero que nos sustraen para formación estoy pensando en crear varios proyectos formativos dedicados a mejorar la empleabilidad en el futuro post reforma laboral. Empezaría por un curso de 20 horas: Lameculos Básico.Asegurando tu futuro en la empresa.
Después el intermedio: Haciendo la pelota. El jefe siempre tiene razón.
Y, finalmente, un máster de dos años con práticas en el ejército y la Iglesia, dónde lamer culos y obedecer siguen siendo la manera habitual de sobrevivir y progesar.
Así que olvide usted la lucha por sus derechos y comienze a practicar ejercicios de genuflexión. Si le cuesta trabajo, pídale consejo a su abuelo. Con la reforma laboral tendremos los mismos derechos que tenía él en su juventud.